Antes que nada, me gustaría aclarar como va a ser el tema del blog. Seguramente el que mas escriba sea yo, Moño, asi que cuando escriba Mariana lo firmará aparte.
Los días en Buenos Aires estuvieron bien, aunque un tanto cansados porque estuvimos de un lado para el otro haciendo tréamites y saludando gente. A Ezeiza llegamos muy bien, a tiempo y nos embarcamos sin problemas, el vuelo fue bueno, salvo la primer hora en la que hubo un poco de turbulencia. Obviamente no pudimos dormir un carajo porque los asientos del avión son una cagada, asi que con el cambio de horario y demás yerbas llegamos hechos mierda.
La llegada a Madrid fue con emociones encontradas, primero (y acá tenemos el primer gran aprendizaje del viaje) el viaje en subte con todos los bolsos que teniamos fue desgarrador, casi nos morimos, encima nos pasamos unas cuadras caminando y tuvimos que caminar bastante de mas. Cuando llegamos al hotel la vieja nos dice que nos va a llevar a un apartamento, bien, tuvimos que caminar como ocho cuadras mas con los bolsos, mal. LLegamos por fin al departamento o apartamento (les explico, aca los apartamentos o departamentos son dedicados exclusivamente al turismo y se alquilan por dia, lo que nosotros llamamos departamento aca es un "piso") y resulta que estaba buenisimo, tenia de todo, tele, lavarropas, microndas, living-comedor, etc, etc. En Madrid estuvimos dos noches y conocimos las clasicas cosas que estaban cerca del depto, Atocha, la Cibeles, la puerta de Alcala, la puerta del Sol, el Palacio Real, etc.
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