Como se me esta haciendo cada vez mas difícil escribir con París voy a adoptar una nueva estrategia, va a ser como un diario en el que contare como fue el día, así no se me escapan las ideas que van surgiendo. Espero quede bien.
Día 1, martes
Salimos muy temprano de Amsterdam en colectivo, donde pudimos apreciar los paisajes de Holanda, Bélgica y Francia. Finalmente, y después de que en la frontera de Francia con Bélgica los de la aduana nos revisaran los cinco bultos que llevamos buscando no se que mierda, llegamos a París a las cinco de la tarde. Ya estaba oscureciendo así que no vimos mucho de la ciudad, que da la impresión de ser tan linda como dice todo el mundo. Los que también dan la impresión de ser como dice todo el mundo son los franceses, bastante mugrientos y por demás maleducados. Obviamente te hablan en francés y no se les entiende nada y no les hace ninguna gracia que le hables en ingles por lo que mientras pueda no voy a tratar con ellos, y cuando lo tenga que hacer lo voy a hacer por señas. Mañana va a estar lindo así que veremos que conocemos.
Día 2, miércoles
Hoy no nos levantamos temprano porque estábamos liquidados por el viaje, así que a las 10 nos despertamos, tomamos unos mates y tipo once y media arrancamos para el centro. Dimos una vuelta por el Louvre y la torre Eiffel, para nombrar algo conocido. La verdad es que la ciudad en tan linda como dicen, caminamos bastante y cada rincón es interesante. Hoy el clima no fue tan bueno como esperábamos, el pronostico decía sol, pero al final estuvo nublado casi todo el día y a la tarde nevó un rato. Como cosa curiosa que vimos fue que descubrimos que tan linda y perfecta no es la ciudad, las plazas (como la del Louvre y los Campos de Marte) tienen una tierra arcillosa que cuando se moja un poco (como hoy) se hace un barrial casi intransitable. Esto hace que las puteadas ante cada enterrada y resbalón le quiten el romanticismo a la ciudad, así que el consejo es que tiren un poco de chicharrón o algo parecido. Otra cosa que me llamó la atención fue que en las vidrieras de Lafayette, entre los maniquíes y vestidos había un flaco tocando obras de Chopin en el piano. Otra cosa que nos llamo la atención es que ves a varios chantas tratando de cagarte, las que te quieren hacer firmar en contra de no se que mierda y hasta uno que mágicamente levanto del suelo un anillo de oro que se me cayo a mi. Seguro, como si yo viniera de un monasterio en el Tíbet, ¿no vieron Nueve Reinas estos? Bueno ya mañana arrancaremos con las visitas especificas y mas entretenidas. Au revoir.
Día 3, jueves
Hoy llovía un poco a la mañana así que decidimos ir al cementerio, no es el mejor de los planes pero es lo que hay. Fuimos al Cementerio, donde están algunos personajes celebres, entre los que nosotros mas conocíamos Oscar Wilde, Chopin y Jim Morrison. El cementerio es muy grande así que en la entrada tenes un listado de las tumbas famosas marcadas en un mapa, elegimos lo mas interesante y encaramos. En el interior no hay mas mapas y esta lleno de callecitas por lo que obviamente nos perdimos y no encontramos a nadie, así que volvimos a la entrada a ver el mapa de nuevo. Esta vez elegimos las que estaban mas cerca y le sacamos una foto al mapa para poder guiarnos un poco mas, y lo logramos. El problema es que luego de un par de fotos me quede sin pilas y me había olvidado la de repuesto en el hotel por lo que suspendimos nuestra visita a la Bastilla y a Notre Dame y pegamos la vuelta al hotel, donde tomamos unos mates, comimos budín y descansamos un poco para salir a la tardecita rumbo al barrio de Mont-Martre que esta cerquita. En este barrio, las atracciones turísticas mas conocidas son la Iglesia del Sagrado Corazón (el Sacre Coeur) y por otro lado bien distinto, el Moulin Rouge, que como sabrán el molino era de adorno y el lugar era un verdadero quilombo (nunca mejor dicho). Fuimos ya de noche así que vimos bien como es la movida en la zona del Moulin, muchos cabarets, sex-shops y esas cosas, mucho ruido y luces. A unas dos o tres cuadras de ahí esta el Sacre Coeur, al que para llegar e instalarse en lo que es verdaderamente el barrio de Mont-Martre hay que subir unas escaleras interminables. Esto es así porque Mont-Martre quiere decir Monte de los Mártires y como el mismo nombre va diciendo se trata de un monte, colina, barda o como lo quieran llamar. Lo bueno es que de ahí arriba se ve toda la ciudad y de noche es un espectáculo realmente digno de ver. La iglesia es linda pero ya después de todas las que vimos, puedo afirmar que no son todas iguales, las de Italia son mas lindas.
Día 4, viernes. Día de sol
Por fin salió el sol, en contra de todos los pronósticos y aprovechamos el día a full, ahora nos duelen hasta los músculos de la cara pero bueno, esperemos que mañana llueva así nos quedamos en el hotel. Les hago un repaso de lo que vimos hoy, primero la Bastilla, que es una plaza muy pequeñita donde hay un monolito bastante alto. Alguna vez en ese mismo lugar estuvo la Bastilla, que era una muy famosa cárcel donde estuvieron algunos personajes celebres como Voltaire, el hombre de la mascara de hierro y el Marques de Sade, y que fue derrumbada durante la revolución francesa. De ahí fuimos hasta el río y bordeandolo llegamos a la Catedral de Notre Dame de París, la del jorobado, que es realmente muy linda (y tétrica a la vez), pero al igual que la del Sacre Coeur por dentro pierde por goleada ante las italianas. Ahí nos sentamos un ratito a descansar las piernas y partimos rumbo al arco del triunfo, que al ser tan grande parece que esta cerquita pero caminas y caminas y no llegas mas. El arco es para la foto, no tiene demasiado atractivo, es mas simbólico que otra cosa, lo que no se puede negar es que es gigante. De ahí volvimos caminando por la Avenue des Champs Elysées entre tiendas de alta costura, restaurantes y casas de autos. La avenida es realmente muy linda, muy amplia, empedrada y con unas veredas anchisimas, pero sigo buscandole cosas para criticar a la ciudad y la de hoy es que en todo Champs Elysées no encontré un tacho de basura y para rematar pisé una baldosa floja, que como hoy no llovió no llego a lograra su cometido, como bien lo logran las de Buenos Aires. Nuestra ultima visita del día fue nada menos que el Louvre, el museo mas grande del mundo, al que fuimos tarde porque era mas barato y porque como ya estoy cansado de decir, los museos no son nuestra debilidad. Desde mi humilde punto de vista, no tiene demasiado, a nosotros nos gustó mas el British Museum de Londres. En este está la Gioconda, a la que realmente nadie le ve nada del otro mundo pero algo debe tener para ser tan famosa. Lo que es verdad es que depende de como lo mires al cuadro la mina te sonríe o se pone seria, apenas, tampoco es que se caga de risa y después te pone cara de culo. Otra obra famosa es la Venus de MIlo, acá si que solicito ayuda de alguno que sepa algo de arte, porque para mi no es mas que una escultura mas de las diezmil que hay con la diferencia que a esta le faltan los brazos. Entre nosotros es bastante porfiadita de cara también. Aparte de estas dos cosas lo único que nos gusto del museo fueron los apartamentos de Napoleón III, en los que se ve lo ostentoso y lujoso del modo de vida de esta gente, arañas, sillones, vajilla, ropa, etc. El museo tiene tantas cosas que si te quedas un minuto viendo cada una necesitas un mes para recorrerlo, nosotros en dos horas liquidamos el tramite y nos vinimos a comer una baguette, con la panza vacía no se puede apreciar el arte.
Día 5, sábado
Esta vez si le pego el pronostico por lo que llovió y nevó todo el día así que hoy nos lo tomamos para descansar y nos quedamos en el hotel y la verdad que nos vino bárbaro, ya necesitamos vacaciones de las vacaciones.
Día 6, domingo
Hoy estuvimos como dos pibes en una juguetería dentro de un parque de diversiones, literalmente. Nos levantamos temprano y nos fuimos a tomar el tren, y luego de un viaje de 40 minutos aproximadamente estábamos entrando al mundo mágico de Disneyland París. Mariana estaba realmente como un chico, y no es para menos, todo el que haya estado en un parque de estos sabe que está todo tan bien armado que es realmente un viaje a otro mundo. Las construcciones, la música, los muñecos que se pasean por ahí, todo. La pasamos muy bien, pasamos un poco de frío en alguna cola de hasta hora y media para entrar a algún juego, pero valió la pena. Llegamos al hotel otra vez hechos mierda a las once de la noche, pero ya nos queda un día y nos vamos para lo de Gonzalo, donde seguramente recarguemos un poco las pilas.